Metodología
EL MODELO MINNESOTA
El Modelo Minnesota apareció en Estados Unidos en la década de 1940. Desde entonces ha ido avanzando incorporando las últimas técnicas médicas, farmacológicas y terapéuticas. Es el modelo más extendido y con más índice de éxito en los EEUU y goza de gran aceptación en países como Inglaterra, Portugal, Australia, Holanda o Irlanda, tanto en sus sistemas sanitarios públicos como privados.
El modelo ve la enfermedad de la adicción como “un todo” con varias dimensiones: física, mental, social y espiritual, y sugiere que para que el tratamiento sea efectivo debe incorporar varios componentes dirigidos a cada uno de estos aspectos en particular de la enfermedad. Nuestra experiencia nos dice que siempre que quede algún aspecto sin tratar, aparecerán las recaídas.
El modelo contempla un objetivo general: Que la persona consiga una vida plena e independiente, digna de ser vivida.
Uno de los objetivos específicos es conseguir la abstinencia de todo tipo de drogas.
Para lograr las metas a largo plazo se trabaja con las metas a corto plazo que son, ayudar al adicto y su familia a reconocer la enfermedad y las consecuencias que esta trae. Ayudar a la persona a admitir que está enferma y que necesita ayuda, y convencerse que podrá vivir una vida constructiva con la realidad de una enfermedad crónica. Ayudar a la persona a identificar cuales son las conductas y/o defectos que tiene que modificar para tener una mejor calidad de vida.
El núcleo del tratamiento es el cambio del estilo de vida, la recuperación se facilita con el apoyo del entorno natural que es: la familia, los amigos y los grupos de autoayuda. Informalmente, se forman subgrupos pequeños no estructurados, sin líder. Personas que no pueden ayudarse a sí mismas, a veces, si pueden ayudarse mutuamente
La eficacia del modelo fue comprobada por diversos estudios independientes realizados en EEUU entre el que se encuentra el “proyecto MATCH”, considerado como el estudio más amplio elaborado en la materia. Se comprobó que los diferentes métodos que se aplicaban en tratamiento, tenían una eficacia similar en el primer año, teniendo el “Método Minnesota” un porcentaje mucho más alto de éxitos a largo plazo.
El Modelo Minnesota apareció en Estados Unidos en la década de 1940. Desde entonces ha ido avanzando incorporando las últimas técnicas médicas, farmacológicas y terapéuticas. Es el modelo más extendido y con más índice de éxito en los EEUU y goza de gran aceptación en países como Inglaterra, Portugal, Australia, Holanda o Irlanda, tanto en sus sistemas sanitarios públicos como privados.
El modelo ve la enfermedad de la adicción como “un todo” con varias dimensiones: física, mental, social y espiritual, y sugiere que para que el tratamiento sea efectivo debe incorporar varios componentes dirigidos a cada uno de estos aspectos en particular de la enfermedad. Nuestra experiencia nos dice que siempre que quede algún aspecto sin tratar, aparecerán las recaídas.
El modelo contempla un objetivo general: Que la persona consiga una vida plena e independiente, digna de ser vivida.
Uno de los objetivos específicos es conseguir la abstinencia de todo tipo de drogas.
Para lograr las metas a largo plazo se trabaja con las metas a corto plazo que son, ayudar al adicto y su familia a reconocer la enfermedad y las consecuencias que esta trae. Ayudar a la persona a admitir que está enferma y que necesita ayuda, y convencerse que podrá vivir una vida constructiva con la realidad de una enfermedad crónica. Ayudar a la persona a identificar cuales son las conductas y/o defectos que tiene que modificar para tener una mejor calidad de vida.
El núcleo del tratamiento es el cambio del estilo de vida, la recuperación se facilita con el apoyo del entorno natural que es: la familia, los amigos y los grupos de autoayuda. Informalmente, se forman subgrupos pequeños no estructurados, sin líder. Personas que no pueden ayudarse a sí mismas, a veces, si pueden ayudarse mutuamente
La eficacia del modelo fue comprobada por diversos estudios independientes realizados en EEUU entre el que se encuentra el “proyecto MATCH”, considerado como el estudio más amplio elaborado en la materia. Se comprobó que los diferentes métodos que se aplicaban en tratamiento, tenían una eficacia similar en el primer año, teniendo el “Método Minnesota” un porcentaje mucho más alto de éxitos a largo plazo.